El caso salvadoreño y las remesas

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La emigración salvadoreña parece ser un arma de doble filo. Por una parte, el aumento de las remesas a El Salvador ha mejorado el nivel de vida de sectores amplios de la población y ha aumentado las posibilidades educativas de las unidades domésticas que las reciben. Por otra parte, las remesas han causado inflación y probablemente un deterioro de las condiciones de vida para las unidades domésticas que no las reciben. Igualmente ocurre con las relaciones familiares. Por una parte, las remesas han permitido financiar la educación de los hijos en El Salvador. Por otra parte, la emigración ha causado el rompimiento de las unidades familiares y en algunos casos experiencias traumáticas para los niños cuyos padres emigran.